Gracias
y desgracias del ojo del culo
Francisco de Quevedo y Villegas
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Dirigidas a Doña JUANA MUCHA, MONTÓN DE CARNE,
Mujer gorda por arrobas.
Escribiólas JUAN LAMAS, EL DEL CAMISÓN CAGADO.
Edición de DANIEL LEBRATO, Maestro Oculista.
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Quien tanto se precia de servidor de vuesa merced, ¿qué le podrá ofrecer sino
cosas del culo? Aunque vuesa merced le tiene tal, que nos lo puede prestar a
todos. Si este tratado le pareciere de entretenimiento, léale y pásele muy
despacio y a raíz del paladar. Si le pareciere sucio, límpiese con él, y béseme
muy apretadamente. De mi celda, etcétera.
No se espantarán de que el culo sea tan desgraciado los que supieren que todas
las cosas aventajadas en nobleza y virtud, corren esta fortuna de ser
despreciadas de ella, y él en particular por tener más imperio y veneración que
los demás miembros del cuerpo; mirado bien es el más perfecto y bien colocado
dél, y más favorecido de la naturaleza, pues su forma es circular, como la
esfera, y dividido en un diámetro o zodíaco como ella. Su sitio es en medio como
el del sol; su tacto es blando: tiene un solo ojo, por lo cual algunos le han
querido llamar tuerto, y si bien miramos, por esto debe ser alabado, pues se
parece a los cíclopes, que tenían un solo ojo y descendían de los dioses del
ver. El no tener más de un ojo es falta de amor poderoso, fuera de que el ojo
del culo por su mucha gravedad y autoridad no consiente niña; y bien mirado es
más de ver que los ojos de la cara, que aunque no es tan claro tiene más
hechura. Si no, miren los de la cara, sin una labor, tan llanos que no tienen
primor alguno, como el ojo del culo, de pliegues lleno y de molduras, repulgo y
dobladillos, y con una ceja que puede ser cola de algún matalote, o barba de
letrado o médico. Y así, como cosa tan necesaria, preciosa y hermosa, lo traemos
tan guardado y en lo más seguro del cuerpo, pringado entre dos murallas de
nalgas, amortajado en una camisa, envuelto en unos dominguillos, envainado en
unos gregüescos, abahado en una capa, y por eso se dijo: "Bésame donde no me da
el sol". Y no los de la cara, que no hay paja que no los haga caballeriza, ni
polvo que no los enturbie, ni relámpago que no los ciegue, ni palo que no los
tape, ni caída que no los atormente, ni mal ni tristeza que no los enternezca.
Lléguense al reverendo ojo del culo, que se deja tratar y manosear tan
familiarmente de toda basura y elemento ni más ni menos; demás de que hablaremos
que es más necesario el ojo del culo solo que los de la cara; por cuanto uno sin
ojos en ella puede vivir, pero sin ojo del culo ni pasar ni vivir.
Lo otro sábese que ha habido muchos filósofos y anacoretas que, para vivir en
castidad, se sacaban los ojos de la cara, porque comúnmente ellos y los buenos
cristianos los llaman ventanas del alma, por donde ella bebe el veneno de los
vicios. Por ellos hay enamorados, incestos, estupros, muertes, adulterios, iras
y robos. Pero ¿cuándo por el pacífico y virtuoso ojo del culo hubo escándalo en
el mundo, inquietud ni guerra? ¿Cuándo, por él, ningún cristiano no aprendió
oraciones, anduvo con sinfonía, se arrimó a báculo ni siguió a otro, como se ve
cada día por falta de los de la cara, que expuestos a toda ventisca e
inclemencia, de leer, de fornicar, de una purga, de una sangría, le dejan a un
cristiano a buenas noches? Pruébenle al ojo del culo que ha muerto muchachos,
caballos, perros, etc.; que ha marchitado hierbas y flores, como lo hacen los de
la cara, mirando lo ponzoñosos que son: por lo que dicen que hay mal de ojo.
¿Cuándo se habrá visto que por ser testigo de vista hayan ahorcado a nadie por
él, como por los de la cara, que con decir que lo vieron forman sus calumnias
los escribanos? Fuera de que el ojo del culo es uno y tan absoluto su poder, que
puede más que los de la cara juntos. ¿Cuándo se ha visto que en las
irregularidades se metan con el ojo del culo?
Lo otro, su vecindad, es sin comparación mejor, pues anda siempre, en hombres y
mujeres, vecino de los miembros genitales; y así se prueba que es bueno, según
aquel refrán: Dime con quien andas, te diré quien eres. El se acredita mejor con
la vecindad y compañía que tiene que no los ojos de la cara, que éstos son
vecinos de los piojos y caspa de la cabeza y de la cera de los oídos, cosa que
dice claro la ventaja que les hace el serenísimo ojo, del culo. Y si queremos
subtilizar más esta consideración, veremos que en los ojos de la cara suele
haber por mil leves accidentes, telillas, cataratas, nubes y otros muchos males;
mas en el del culo nunca hubo nubes, que siempre está raso y sereno; que, cuando
mucho, suele atronar, y eso es cosa de risa y pasatiempo. Pues decir que no es
miembro que da gusto a las gentes, pregúnteselo a uno que con gana desbucha, que
él dirá lo que el común proverbio, que, para encarecer, que quería a uno
sobremanera, dijo: "Más te quiero que a una buena gana de cagar". Y el otro
portugués, que adelantó más esta materia, dijo: "Que no había en el mundo gusto
como el cagar si tuviera besos." Pues ¿qué diremos si probamos este punto con
texto del filósofo que dijo:
No hay contento en esta vida
que se pueda comparar
al contento que es cagar.
Otro dijo lo descansado que quedaba el cuerpo después de haber cagado:
No hay gusto más descansado
que después de haber cagado.
Los nombres que tiene juzgarán que no tiene misterio. ¡Bueno es eso! Dícese
trasero, porque lleva como sirvientes todos los miembros del cuerpo delante de
sí, y tiene sobre ellos particular señorío. Culo, voz tan bien compuesta que
lleva tras sí la boca del que le nombra. Y ha habido quien le ha pueto nombre
gravísimo y latino llamándole antífonas y nalgas, por ser dos; otros, más
propiamente, le llaman asentaderas; algunos, trancaílo, y no he podido ajustar
por muchos libros que he revuelto para sacar la etimología; lo más que he
hallado es que se debe decir tancahigo, por lo arrugado y pasado que siempre
está.
Con más facilidad topé por qué se decía al lindo ojo del culo "manojo de
llaves": por lo redondo del cabo y muchas molduras que hacen aquel mismo
repulgo, y viene bien con los que llaman cofre al culo, que es darle cerradura.;
y en los animales vemos que la Naturaleza les cubre el culo con la cola o rabo,
para que como parte más necesaria y secreta, estuviera acompañado tapado y
abrigado, y con mosqueador para de verano, y en las aves lo mismo. Si miramos su
ocupación, es hacer lo que ninguno nunca hizo ni pudo: pues en este mundo todos
hemos menester a otros para ser proveídos: el alguacil al corregidor, el
corregidor al oidor, el oidor al presidente, el presidente al rey. Pero el culo
se provee a sí mismo y aún en el presidente, servidor por otro nombre (que así
llaman al bacín), cosa equívoca a los derretidos de las damas.
El culo no tiene cosa común, ni aunque me pruebes que hace cámaras, a imitación
de otros muchos, pues lo que él hace son mojones, que son fin de términos, para
dar a entender que en llegando al culo no has de pasar adelante.
Háceme fuerza que en las almonedas dicen: "¿Hay quien puje?"; que ni sé si
convidan a cagar (propiamente entonces pujar) o si a comprar; con que es cierto
que tiene grandes preeminencias, cuando se valen de sus voces para otras cosas.
Hasta los excrementos o mierda (pasa adelante, porque no te empalagues con tan
dulce plato) son de provecho, pues según defienden los doctores galenistas y
boticarios droguistas, son buenos para desligar Cárdeno y Alberto los del
lagarto para los ojos; los de bestias, que llaman estiércol, es con lo que se
fertilizan los campos, y a quien debemos los frutos; la del gato de Algalia, no
hay que probar ni examinar cuánto es su valor y estimación; la mierda del buey,
o boñiga, para inmensos remedios es provechosa. Esto probado y asentado, ¿habrá
curioso alguno que diga que los ojos de la cara tienen alguna virtud? Luego el
ojo del culo, él por sí solo, es mejor y de más provecho que los ojos de la
cara.
Lo que dicen del culo (los que tienen ojeriza con él) es que pee y caga, cosa
que no hacen los ojos de la cara; y no advierten lo cuitados que más y peor
cagan los ojos de la cara y peen que no el del culo, pues en ellos no hay sueño
que no lo caguen en cantidad de legañas, ni pesadilla o susto que no meen en
abundancia de lágrimas, y esto sin ser de provecho, como lo que echa el culo,
como ya queda probado.
Lo del pedo es verdad, que no lo sueltan los ojos; pero se ha de advertir que el
pedo antes hace al trasero digno de laudatoria que indigno de ella. Y, para
prueba desta verdad, digo que de suyo es cosa alegre, pues donde quiera que se
suelta anda la risa y la chacota, y se hunde la casa, poniendo los inocentes sus
manos en figura de arrancarse las narices, y mirándose unos a otros, como
matachines. Es tan importante su expulsión para la salud, que en soltarle está
el tenerla. Y así, mandan los doctores que no les detengan, y por esto Claudio
César, emperador romano, promulgó un edicto mandando a todos, pena de la vida,
que (aunque estuviesen comiendo con él) no detuviesen el pedo, conociendo lo
importante que era para la salud. Otros dijeron que lo había hecho por
particular respeto que se debe al señor ojo del culo.
Pues decir que no es bullicioso un pedo, ¡bueno es eso! ¿Hay cosa de más gusto
que ver en un concurso grande, si se suelta uno, el rumor que mete y qué agudos
acuden todos a taparse las narices, como está dicho, y otros que más lo huelen,
haciendo la disimulada toman tabaco?
Y es probable que llega a tanto el valor de un pedo, que es prueba de amor; pues
hasta que dos se han peído en la cama, no tengo por acertado el amancebamiento;
tambien declara amistad, pues los señores no cagan ni se peen, sino delante de
los de casa y amigos. Y un portugués preguntado cuál era la parte principal del
cuerpo dijo que el culo, que se asentaba primero que nadie y aunque fuese
delante del rey.
Los nombres del pedo son varios: cuál le llama "soltó un preso", haciendo al
culo alcaide; otros dicen: "fuésele una pluma", como si el culo estuviera
pelando perdices; otros dicen: "tómate ese tostón", como si el culo fuera
garbanzal. Otros dicen algo crítico: "cuesco", derivado de la enigma; y otros
han dicho: "Entre peña y peña el alba, río que suena". De aquí se levantó aquel
refrán que dice: "Entre dos peñas feroces, un fraile daba voces". Y finalmente,
dijo el otro: "El señor don Argamasilla cuando sale chilla".
Baste ya de probanzas de la nobleza del señor don Pedo y pase por ahora plaza de
don caballero que porque no digan me revuelco demasiado no le acoto con otros
muchos lugares y autoridades.
Dejo de tratar de los pedos degollados, si bien con esto conocerán de su
hidalguía y caballería y grandeza que tiene el culo en este caso. Pues su
fortaleza ¿quién la encarecerá?, si es tanta que el sólo limpiarse con un paño
delgado se deja de modo por las dos partes, que es más difícil de tomar que la
inclusa.
Y, volviendo a los demás sentidos, digo que lo que se queda en el pañuelo de la
boca es gargajo, y lo de las narices moco, y lo de los ojos legañas, y lo de los
oídos cera; pero lo queda del culo en la camisa es palomino, nombre de ave muy
regalada. Fuera de que los ojos no tienen cosa señalada con que limpiarse; que a
veces piden el pañuelo prestado a las narices y a la boca, y otras se limpian
con las manos, y al mismo tenor los otros sentidos. Mas volviendo al culo, ¡qué
de firmas de grandes señores ha iluminado! ¡Qué papeles de los más íntimos
amigos no ha visto! ¡Qué de libros de los hombres más doctos ha gastado! ¡Qué de
billetes de damas ha firmado! ¡Qué de procesos importantes ha manchado! y, ¡qué
de camisas de Cambray y Holanda ha teñido! Y al fin le han servido de limpiadera
las mejores y más hermosas manos del mundo, según aquel: La mano de marfil es
muy forzoso que al culo de su dueña haya llegado. Y lo merece todo, porque
también, sin ser abeja, hace cera o cerote (que así dicen de los medrosos).
Hasta las melecinas deben su ganancia al ojo, que aunque no ve, algunos dijeron
que veía Fulano la luz por el ojo del culo de Zutano. Y en verdad que no es
vista que invidiar
De si tiene alguna gracia o no los culos sería largo de contar, baste decir que
culos que se conocen, en la calle se saludan. Marcial dice que son saludadores
compressis narebus Joven salutat, que en español quiere decir: represando las
nalgas saluda a Júpiter, tratando de uno que se peió y por eso algunos le dan
tanta antigüedad que dicen: ¿Qué tiene que ver el culo con el pulso? Como si
dijeran de una cosa que no da cuidado ninguno y muy con verdad comparándola a
otra que de cada accidente se desconcierta.
Y si nos dilatamos en esta materia será proceder infinito, sólo digo que en
cuanto he hablado y ponderado del culo aunque me queda el rabo por desollar, que
sus gracias son muchas y muy dignas de ponderación, como no son menores sus
desgracias siguientes:
DESGRACIAS DEL OJO DEL CULO
PRIMERA DESGRACIA
Enseña un ayo mugriento la lición a un descuidado niño. Encomiéndasela a la
memoria y como potencia vil pásasele y jugando, olvida y en pena de lo que pecó
la memoria abre el culo a azotes.
SEGUNDA
Va un estudiante un madrugón a una viña, vendimia a la mitad de ella, lleva un
lagar en el estómago, topa con una fuente, y porque se lo pide el gusto bebe
hasta hartarse: pícase la sed y deshácese en cámaras y págalo el ojo del culo.
TERCERA
El otro mesurado o engullidor miserable, por comer de balde llenó tanto el
estómago que se ahitó movido del apetito y págalo el culo a puro jeringazos.
CUARTA
Tiene un mal curado enfermo modorra y porque el humor se le ha apoderado de los
sentidos y los descuidos que tuvo el poco prevenido médico, lo paga el culo a
puro sanguijuelas que lo sajan vivo.
QUINTA
Sábese, según doctrina de muchos filósofos, que el regüeldo es pedo malogrado y
que hay algunos tan desdichados que no se les permite llegar al culo, así lo
enseña Angulo que no ha acabado de salir por la boca cuando le dicen todos:
"¡Vaya a una pocilga!", y cuando sale por el ojo del culo todo es aplaudido y
cuando más le dicen cuerno, como otro tenía costumbre de decir cuando uno se
peía "¡cuerno! por ahí comas carne y por la boca mierda, y papa te vea la madre
que te parió porque te vea más medrado; en las sopas te lo halles como garbanzo,
con esa música te entierren, sabañones y mal de gamones, coz de mula gallega,
por donde salió el pedo meta el diablo el dedo, la víbora el pico, el puerco el
hocico, el toro el cuerno, el león la mano, el cimborrio de El Escorial y la
punta de mi caracol te metan amén".
SEXTA
Da el otro extranjero en caballerear, bizarrear y servir a damas y traer mucha
bambolla y fausto, falta a los negocios y pierde el crédito y lo que pecaron los
miembros genitales lo paga el inocente culo. Pues al punto dicen: "Fulano ya dio
de culo".
SEPTIMA
Va el otro narciso, pisaverde a pie por la calle en tiempo de todos y por más
cuidado que pone en las chinas o piedras que están descubiertas para asegurar
los pies y andar de guija en guija, resbálase el pie y hace pedazos el pobre
culo y de más a más se hace una plasta de todo que le coge de pies a cabeza.
OCTAVA
Da el otro pobre a la medianoche en tiempo de invierno una correncia o
evacuación de tripas y porque con la priesa que tiene no se acuerda bien hacia
donde quedó el brasero o barreño de la lumbre tropieza en él y hace pedazos las
piernas y el culo, cobrando con esta desgracia enfremedad para muchos días.
NONA
Tan desgraciado es el culo que hasta los animales les muerde el lobo por él y en
las monas se ve que porque quieren descansar y sentarse a menudo se llenan el
culo de callos y por eso han dado en decir: "Fulano tiene más callos que culo de
mona".
DECIMA
Viene el otro picarón a sentir el calor del verano y porque yéndose a rascar la
comezón de una ladilla frisona le estorbó el matarla una horrenda población de
pendejos que topa hacia el culo, determina de matarlas con unas tijeras y
teniendo las manos torpes y no ver lo que hace ni poder sufrir más el ser puerco
abre a tijeretazos el pobre culo.
UNDECIMA
Viene la otra pobre casada o doncella a descubrir más de lo que fuera menester
su natural inclinación de ser puta, tiene celo de ello el galán y causa cuidado
al marido y por dar a entender que conocen la fragilidad y imperfección del
sujeto, dicen: "de res que se mea el rabo, no hay que fiar".
DUODECIMA
Dale al otro una apretura en la calle o cógele en la comedia, sale con priesa a
buscar dónde desbuchar, y porque no llegó tan presto a las necesarias o le
embarazó algún nudo ciego, emplástase o embadúrnase de mierda el pobre culo.
DECIMOTERCERA
Viene el otro estudiante o platicante de medicina y al ir a ordenar un
medicamento a la cocina topa a la criada que se había hecho del ojo, y ella por
darle gusto y apagar el fomes de la concupiscencia y titilaciones venéreas,
empieza sus cernidillos y bamboleos, diviértese con el gusto y acribilla a
golpes el pobre culo de escalón en escalón.
DECIMOCUARTA
Vienen las Carnestolendas, alégranse las gentes en diferentes festines y por no
más de antojo de muchachos o pasatiempo de hombres ociosos pagan los culos de
los perros atándoles a la cola mazas diferentes.
DECIMOQUINTA
Vese el otro pobre condenado toreador de a pie embestido del toro, vuélvese para
huir, túrbase o no salen los pies con presteza y por no salir ellos presto
degárrale el toro el pobre culo.
DECIMOSEXTA
Va una vieja a echar una ayuda a un enfermo, ve poco, no la ha templado bien,
encájasela dos dedos del culo, y dale entre las nalgas con ella, escáldale el
culo que paga el pobre el descuido de la vieja borracha.
ULTIMA DESGRACIA
Finalmente, tan desgraciado es el culo que siendo así que todos los miembros del
cuerpo se han holgado y huelgan muchas veces, los ojos de la cara gozando de lo
hermoso, las narices de los buenos olores, la boca de lo bien sazonado y besando
lo que ama, la lengua retozando entre los dientes, deleitándose con el reír,
conversar y con ser pródiga y una vez que quiso holgar el pobre culo le
quemaron. |